REFLEXIÓN

Huellas en mi Camino

martes, 8 de septiembre de 2020

LA ATENCIÓN.

 

LA ATENCIÓN.

         En una oportunidad un alumno le pidió a su maestro preferido que le escribiera un mensaje significativo que expresara sabiduría, el maestro tomó el lápiz y escribió  una sola palabra: “ATENCIÓN”. El alumno exclamó ¿eso es todo? El maestro retomó el lápiz y escribió “ATENCIÓN, ATENCIÓN” El alumno se impacientó y le dijo a su maestro, - eso no me parece profundo ni sutil.  En respuesta el maestro escribió de nuevo “ATENCIÓN, ATENCIÓN, ATENCIÓN”. Frustrado el joven alumno preguntó: - ¿Qué quiere decir esta palabra atención?  El maestro respondió – Atención significa Conciencia. La atención o la conciencia son el secreto de la vida y la esencia de la práctica. Siempre creemos que sólo las grandes cosas que nos ocurren son las que merecen atención y dejamos que las pequeñas cosas pasen sin interés.  Éstas que nos pueden enseñar mucho,  las creemos significativas, como pelar una zanahoria, caminar hacia la escuela o al trabajo, estacionar un carro, la sonrisa de un niño, la queja de alguien porque lo que planeó no le salió bien, - Ningún día es igual,  dijo el maestro, siempre hay algo diferente que nos dá sabiduría.  – ¿Te has detenido a mirar las flores y árboles que están frente de tu vista o a la persona que va en el asiento sentado a tu lado en el bus? En tu casa, tus seres queridos: papá, mamá, tus hermanos, hijos, nietos, ellos son tu historia, protagonistas de tu vida.  La atención o estar atento es el secreto de tu vida.  El joven que estaba atento a la explicación del maestro dijo – pensamos que la vida es sólo estar atento a los asuntos grandes e importantes, como los problemas con mis compañeros de la escuela y los asuntos del trabajo, la salud y cosas similares, no nos ocupamos de las pequeñeces, como la de sostener los cubiertos, saludar a los vecinos, compañeros de clases y trabajo, el respetar los espacios de otros,  ser atentos, entre otros.  Sí, dijo el maestro – De estos actos está hecha la vida, minuto a minuto. – No es un asunto de importancia, es cuestión de prestar atención, de estar consciente. ¿Por qué?  Reafirmó el maestro – porque cada minuto de la vida es absoluto en sí mismo, no hay nada más.  El discípulo afirmó, no hay otra cosa que el hoy, el presente, no hay pasado, no hay futuro. Cuando no estamos atentos a cada pequeño asunto lo perdemos, perdemos el presente.  El maestro finalizó:       - ¡Así es!

 


Luis José Hernández

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