EL AMOR NO ES SACRIFICIO

EL AMOR NO ES SACRIFICIO

Cuando dices que te estás sacrificando por alguien le estás diciendo, que no te gusta lo que haces, que te estás obligando a hacerlo, eso no es amor, el decirlo genera un sentimiento de culpa en el otro, que lejos de alegrarlo le produce tristeza,  distancia e inseguridad.  Cuando sucede, el amor se marchita y se acaba, no es igual aceptar y tolerar, que sacrificarse, todo tiene un límite, hasta el amor. El amor es una energía que no puede explicarse solo se siente, solo se manifiesta, y al manifestarse produce una sensación de alegría, de bienestar, así que no confundamos amor con sacrificios, pues el amor es entrega, ¿Cuántas veces hemos escuchado?  “yo me he sacrificado para que tú…”  Amar es entrega, una entrega que no busca el propio bienestar sino el del otro, el amar es dar al otro los momentos más auténticos de tu vida, sin pedir, ni esperar nada a cambio, es pensar primero en el otro que en ti, es compartir tus éxitos lo mismo que tus planes, tus alegrías y tus tristezas, para solo aceptar lo que no esperas y disfrutarlo. Recuerda amar no es sacrificio!  Nunca se lo digas a tus seres queridos.  El amor y la felicidad esta en reconocerte a ti mismo y al otro, disfrutar los momentos de ambos, pues la felicidad es vivir los momentos únicos con la persona que nunca podrá ser reemplazada en tu vida.  A pesar de la distancia y diferencias o problemas que existan, es importante reconocer que tiene un significado, es verdad que no nos gusta sufrir, ni vivir malos momentos pero sin darnos cuenta, es en esos momentos en que reconocemos al otro como alguien importante de nuestra vida. No permitas que tú mismo te sabotees, debes estar atento a reconocer y sacar el mejor provecho de ello. Es cierto que siempre esperamos que el otro reconozca nuestras virtudes, no esperes, solo entrega o da lo mejor de ti, pues es la mejor caricia. Dios y la naturaleza nos ha dado el don que nos diferencia del resto de los animales como, es el pesar, el don de poder expresar lo que queremos, sentimos y deseamos.  Es hora de poner en práctica y desarrollar estos dones, debemos manifestarnos, reflexionar, pensar,  hablar o decir de forma nutritiva las cosas que nos incomodan, sin suponer que nos dará libertad, y si el otro no lo comprende es hora de sentarse a y dialogar para buscar el bienestar común.  Hoy por hoy se hace necesario que la familia retome el lugar que la historia de la humanidad le ha otorgado a través de los tiempos, de ser el vínculo más importante de todo ser humano, en nuestra sociedad, en el amor cualquiera sea su manifestación.  Debemos dejar los temores, el miedo y las comparaciones que son tres armas letales que retrasan, obstaculizan y destruyen el crecimiento del amor en las personas. Amor sin medidas al natural… no podemos generar en nuestros seres querido el de convertirse en mendigos de amor.

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UNA ENERGIA LLAMADA AMOR

Cuantas veces hemos escuchado que el amor es la fuerza vital de la vida, que nacemos por amor y vivimos por amor, pero por diversas causas nos negamos la maravillosa vivencia de la energía más útil que existe en todo el Universo. Sabemos y no podemos negar, que lo que más nos inquieta en la vida es el cariño o el amor que brindamos y recibimos de nuestros padres, familiares, novios, amigos y de todo aquel que hace del cariño y el amor sus herramientas de expresión. Todos vivimos de emociones y sentimientos que a cada instante expresamos y nos gusta que nos expresen, saber que importamos a otros eleva nuestra estima, nos hace sentir bien. Recordando las enseñanzas del Mahatma Gandhi que a través de su existencia, dio testimonio de que en la vida lo más importante es amar, pues el amor nos permite lograr con éxito las metas que nos trazamos. Dominar el arte de amar nos hace triunfadores sobre cualquier adversidad; ya que es una de las herramientas más poderosa otorgada desde el mismo momento en que fuimos concebidos; pero como resultado de innumerables fracasos y frustraciones a los cuales hemos sido sometidos, nos hace temerosos ocultando nuestros verdaderos sentimientos para no ser engañados y burlados opacando su energía maravillosa, haciéndonos parecer amargados, tristes, deprimidos, u obstinados. Por eso debemos reconocer que en el amor somos seres de luz, sin odio ni resentimientos aceptando a los demás como son, con sus diferencias, limitaciones y virtudes.
¿ Como lograr esto?. Sencillamente proponiéndonos a contemplar todas las cosas con amor, para así nacer de nuevo. Amaré al sol porque me proporciona calor. Amaré la lluvia porque purifica mi espíritu y al ambiente. Amaré la luz porque me señala el camino y a la oscuridad porque me enseña las estrellas. Abrasaré la felicidad porque hincha mi corazón. Soportare la tristeza porque descubre mi alma; así reconoceré mi recompensa porque significa mi pago, bendeciré a mis vecinos y a mis semejantes ya que en ellos veré a mi Señor Jesús Cristo. Acogeré los obstáculos porque son un desafío del cual aprenderé. Veré el día con amor en mi corazón para recibir y estar abierto a los nuevos paradigmas y así viviré el presente, día a día como si fuera el último, amando el maravilloso universo que es la vida.
La razón de la vida es ser feliz, no importando la lucha que tengas que realizar y el tiempo has de invertir, si con ello realizas tus sueños e ideales por ello debes poner mucho amor, fe y dedicación para hacerlos realidad.

Luis José Hernández
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REFLEXIÓN

“TE QUIERO PERO NO QUIERO”

En la adolescencia, los jóvenes comienzan a experimentar reacciones a los estímulos que antes no conocían, al mismo tiempo van descubriendo la existencia de ideas, anhelos y sentimientos para compartir en pareja con el sexo opuesto, ni los padres, hermanos amigos y otros familiares pueden participar de esos sentimientos.  Los jóvenes necesitan el noviazgo como una manera o forma de ratificar su identidad, para todo esto necesitan una preparación en valores que se viene dando desde los primeros años de vida bajo la tutela de sus padres en una familia estable y funcional que le permita desarrollar un marco de referencia y seguridad para su vida futura, es lo que yo llamo código de valores.  En el video vemos a una joven segura de sí, que sabe lo que quiere que no se deja manipular, que afirma que tiene un sentimiento por el joven que es su novio y que producto de ese contacto intimo a través de las caricias la invita a vivir el momento de la sexualidad,  y ella le dice que no, esta joven nos puede hacer pensar que tiene valores de estima bien elaborados que fortalecen su personalidad, y que le brindan la seguridad personal y social que necesita para construir una vida estable enmarcada en la verdad y la sinceridad.  Actualmente nos encontramos con una sociedad muy joven que vive muy apresurada asumiendo roles que son de adultos sin haber vivido su niñez y su adolescencia, decidiendo en la soledad sin orientación familiar lo que debe vivir cada día, muchos de ellos dejan de ir a la escuela, para ir al campo laboral informal que le brinda un futuro incierto.  Debemos reconocer que nuestra sociedad no es estática, que hoy por hoy, las comunicaciones positivas o negativas  llegan de manera efectiva y rápida a las manos  de estos jóvenes  no preparados, los engaña  y los lleva, si no a la promiscuidad al desconocimiento de que hay muchos elementos y circunstancias que pueden dañar su juventud y su vida, como las drogas, la delincuencia organizada, la prostitución, la promiscuidad, conjuntamente con las infecciones de transmisión sexual y al  embarazos no esperados ni deseados, cuando se arriesgan a vivir de manera temprana el sexo.

La escuela debe cambiar, conjuntamente con la familia o los adultos significantes, debemos asumir la construcción de una sociedad más consciente de sus actos, formar a jóvenes emocionalmente estables y proactivos en todos los ámbitos muy especialmente en la toma de decisiones, para evitar el sexo prematuro, las frustraciones, los noviazgos rápidos, las confusiones sexuales, los embarazos inesperados a temprana edad, las infecciones de transmisión sexual y la promiscuidad.  Se debe  promover la dignidad de los adolescentes para una vida sexual sana, física y mental en la adultez responsable.

Luis José Hernández

TE QUIERO, PERO NO QUIERO