REFLEXIÓN

Huellas en mi Camino

viernes, 1 de agosto de 2014

REFLEXIÓN





“TE QUIERO PERO NO QUIERO”

En la adolescencia, los jóvenes comienzan a experimentar reacciones a los estímulos que antes no conocían, al mismo tiempo van descubriendo la existencia de ideas, anhelos y sentimientos para compartir en pareja con el sexo opuesto, ni los padres, hermanos amigos y otros familiares pueden participar de esos sentimientos.  Los jóvenes necesitan el noviazgo como una manera o forma de ratificar su identidad, para todo esto necesitan una preparación en valores que se viene dando desde los primeros años de vida bajo la tutela de sus padres en una familia estable y funcional que le permita desarrollar un marco de referencia y seguridad para su vida futura, es lo que yo llamo código de valores.  En el video vemos a una joven segura de sí, que sabe lo que quiere que no se deja manipular, que afirma que tiene un sentimiento por el joven que es su novio y que producto de ese contacto intimo a través de las caricias la invita a vivir el momento de la sexualidad,  y ella le dice que no, esta joven nos puede hacer pensar que tiene valores de estima bien elaborados que fortalecen su personalidad, y que le brindan la seguridad personal y social que necesita para construir una vida estable enmarcada en la verdad y la sinceridad.  Actualmente nos encontramos con una sociedad muy joven que vive muy apresurada asumiendo roles que son de adultos sin haber vivido su niñez y su adolescencia, decidiendo en la soledad sin orientación familiar lo que debe vivir cada día, muchos de ellos dejan de ir a la escuela, para ir al campo laboral informal que le brinda un futuro incierto.  Debemos reconocer que nuestra sociedad no es estática, que hoy por hoy, las comunicaciones positivas o negativas  llegan de manera efectiva y rápida a las manos  de estos jóvenes  no preparados, los engaña  y los lleva, si no a la promiscuidad al desconocimiento de que hay muchos elementos y circunstancias que pueden dañar su juventud y su vida, como las drogas, la delincuencia organizada, la prostitución, la promiscuidad, conjuntamente con las infecciones de transmisión sexual y al  embarazos no esperados ni deseados, cuando se arriesgan a vivir de manera temprana el sexo.
La escuela debe cambiar, conjuntamente con la familia o los adultos significantes, debemos asumir la construcción de una sociedad más consciente de sus actos, formar a jóvenes emocionalmente estables y proactivos en todos los ámbitos muy especialmente en la toma de decisiones, para evitar el sexo prematuro, las frustraciones, los noviazgos rápidos, las confusiones sexuales, los embarazos inesperados a temprana edad, las infecciones de transmisión sexual y la promiscuidad.  Se debe  promover la dignidad de los adolescentes para una vida sexual sana, física y mental en la adultez responsable.
Luis José Hernández

1 comentario:

  1. Me gusta,, lo que necesitamos los padres es aprender a dar con ejemplos de ese código de valores del que usted habla y un apoyo en los institutos de educación, para luchar contra el monstruo de la publicidad que los arrastra a los antivalores,,, es cierto hay que fomentar la dignidad,,, dice por ahí que es lo que se lleva hasta en fin,,, saludos,, éxitos

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