REFLEXIÓN

Huellas en mi Camino

martes, 25 de agosto de 2015

Pinceladas para la Vida.


SILENCIO INTERIOR

En nuestra vida siempre hay un instante en el cual necesitamos  acercarnos a Dios, cualquiera sea nuestra creencia. Muchas veces, esa cercanía la hacemos según la dificultad o a necesidad inmediata  por la que estemos pasando, y es  maravilloso escuchar a  través de su Palabra el amor, la paz, la perseverancia y su sabiduría. El hombre actual en la bulliciosa confusión de la vida ha  buscado un marco de referencia y seguridad que le permita enfrentarse a lo cotidiano, en una sociedad agitada y violenta, de manera  que  Dios como ser supremo representa ese eslabón que le da ese hálito de supervivencia en los estados de depresión y confusión en los que  caemos por  circunstancias de la vida. Por ello el hombre se  ha abocado a aprender innumerables formas,   métodos y elementos que lo conecten  con la divinidad que hay dentro él, para  aliviar la sed espiritual en la que se encuentra en ese momento.  Un sin número de personas andan en  búsqueda de ese tan ansiado equilibrio mental - espiritual que lo conecte con la divinidad existente dentro del ser,  pero la falta de  paciencia,  perseverancia y  constancia en la aplicación de estos, retrasan los resultados. Todos tenemos herramientas y Dones que nos fueron otorgados desde el mismo momento en que fuimos concebidos, que conocemos y hemos olvidado, permitiéndole a las circunstancias manejar nuestra vida convirtiéndonos en víctima.   Lo más importante no está en conocer muchos métodos para solventar nuestra angustia residual, sino en la constancia, la fe  en Dios y en nosotros mismos, y en el hecho de ser consciente de cada uno de nuestros actos y pensamientos para producir la energía positiva y así sentirnos plenos.

Una de las  Herramientas que poseemos es el silencio, pero no el silencio que se refiere a la bulla o de un lugar tranquilo que también es necesario, me refiero al silencio interior, al pensamiento que todos los días nos acompaña haciendo y deshaciendo. En el   albergamos comentarios hacia otras personas, críticas destructivas y supuestamente constructivas, malos pensamientos y buenos pensamientos, también albergamos temores y miedos, disfrazados de cualquier cosa para justificar nuestro proceder. El silencio de que les hablo, está en el interior de nuestra mente, tratar de aquietar esa bulla interior que sin darnos cuenta nos perturba, es tratar de aquietar el pensamiento para   conscientemente producir la paz espiritual,  en ese momento entrarás en contacto con ese ser maravilloso que eres  Tú y donde habita Dios.   Siempre menciono como ejemplo el arreglo de una habitación para hacer la explicación más fácil de comprender, nosotros en nuestra casa tenemos un espacio que define nuestra dimensión o sea, nuestro cuarto, ¿Por qué el cuarto? Porque es el  lugar  dentro de tu casa donde  puedes dar todo tu calor, arreglarlo a tu gusto  y si no lo compartes con alguien más le das ese toque personal que te hace sentir cómodo y agradable,  en ese espacio experimentas las intimidades y decisiones más importantes de tu vida,  pero en algún momento es  necesario hacer  arreglos, ¿ a qué me refiero?   hay que limpiarlo, recoger cosas tiradas en el piso,  limpiar las ventanas,  sacudir el polvo,  ordenar tus libros,  poner cada cosa en su lugar; Así como ordenamos nuestra habitación material también debemos  limpiar y ordenar nuestra habitación  mental y espiritual, ¿cómo?  A través del silencio.

El silencio significa ir más allá de las palabras y de los pensamientos, ya que ellos nos limitan, y nos hacen  prisioneros;  de un Dios  convencional. Cuando nos  encasillamos a  decir que Dios es esto, o aquello  y lo definimos estamos diciendo lo poco o  nada que conocemos de él,  porque Dios está más allá de las palabras.

En el silencio podemos escuchar la bulla que hay en nuestros pensamientos,  y en ocasiones resulta casi imposible la concentración la  primera vez, pero si tenemos paciencia, persistencia y deseos de mejorar nuestra condición humana, arreglaremos nuestro cuarto mental, sacaremos la basura que hay allí no importando el tiempo que empleemos, creando el hábito de arreglarlo frecuentemente


Hay métodos sencillos que nos permiten sentir el silencio, lo primero es nuestra respiración, reconocer la importancia de  está,  pues  es lo primero y lo último que hacemos en nuestra vida y  durante ella nunca lo dejamos de hacer, luego está en buscar un lugar agradable para ti, lleno de paz, quietud, una silla cómoda, para que no te duermas,  porque la idea no es dormir, debes estar alerta tomar conciencia de tus cinco sentidos ellos te van ayudar en el proceso, luego comienzas tu relajación hasta que todo tu cuerpo este completamente relajado manteniendo la respiración abdominal, así descansarás, sacando la angustia residual, pero también sentirás, oirás, verás y contemplarás todo el desorden que hay en tus pensamientos, no Pretendas de buenas a primeras o en el primer intento lograr un éxito total, el silencio cuesta mucho pero con la perseverancia y la constancia lo lograrás, en principio puedes  sentir angustia,  por el hecho de no  concentrarte o por la cantidad de bulla que oirás dentro de ti, pero, poco a poco conseguirás los cambios ansiados para  mejorar tu vida y  acercarte más a Dios que está  en nosotros.

En la vida debemos  apreciar las cosas  sencillas y pequeñas, reconociendo nuestras virtudes y limitaciones para así crecer y convertirnos en jinetes de nuestras circunstancias.  Cultiva el amor en la sencillez, predica la esperanza y la alegría en los momentos de gloria  y fracaso.


Luis José Hernández
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2 comentarios:

  1. Éxito! ! Pues nada en este laberinto de vida que llevamos,, unos más rápido que otros, es genial aprender a apartarse y encontrar paz,,, muack!! !!

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  2. Wow!! Eso si que es tarea ruda lograr el silencio interior, no creo poder lograrlo sin ayuda. En mi mente más que una simple bulla esta se parece la estación del metro en hora pico

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